Formar a la persona en los fundamentos bíblicos, teológicos, sociales y magistrales para que viva los valores cristianos, tome conciencia de la necesidad de la misión (cfr. Mt 28,18) y construya la civilización del amor.
Al constatar que un gran número de cristianos católicos no están en condiciones de dar razones de su fe, se pretende instruir a los laicos para que sean verdaderos líderes cristianos, aptos para difundir el Evangelio dentro de la Iglesia y fuera de ella en aquellos entornos en los cuales los ordenados no pueden llegar.
Conocer a Jesucristo y a la persona humana para llegar a ser verdadera familia a travéz de la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia; y convertirnos en sus discípulos-misioneros-líderes para una auténtica promoción humana.