Esta Navidad, sin duda, no será la de siempre porque se dejaran de lado algunos eventos y tradiciones. Una de las más recordadas será la del pesebre monumental que cada año es acoplado con distintas temáticas, recurriendo a mensajes del Evangelio sobre el nacimiento del niño Jesús.
La monumental obra, de 280 metros cuadrados de construcción, compuesta por 1 400 piezas; 600 de ellas tienen movimiento, fue expuesta por última vez haces dos años en Cuenca, donde recibió la visita de medio millón de personas.
Según el padre Jimmy Arias, mentalizador y ejecutor del proyecto, este año se tenía previsto exponerlo en el Centro Cultural Alfredo Mora Reyes, como parte de la programación por el Bicentenario de Loja y el Festival de Artes Vivas.
“La pandemia trastocó tantas cosas, entre ellas el pesebre monumental y por sugerencias de las autoridades, se evitará eventos masivos que tenga que ver con la Navidad y Año Nuevo, a fin de evitar aglomeraciones y la propagación del coronavirus”, precisó.
Sin embargo, el sacerdote, invitó a vivir la Navidad, en la intimidad del hogar, del calor de la familia, donde no se necesiten cosas extravagantes para armar un pesebre, sino que se viva el ambiente navideño a plenitud volviendo a la sencillez.
“Pese a que el pesebre monumental siempre ha tenido un tinte catequético, podemos decir que este año por la pandemia nos ha tocado vivirlo íntimamente en familia, donde podemos hacer de lo ordinario algo bello…en sí, vivir la Navidad que vivió Cristo en medio de la nada, rodeado de gente sencilla, donde se hizo presente el sufrimiento de María al no tener un lugar donde tener a su hijo…es ahí donde Cristo se hace presente, ante el sufrimiento de cada familia que viven distintas situaciones y donde se presentan diversas necesidades”, acotó.