Dios Padre que nos entregaste a María,
Madre de la Esperanza y del amor.
Enséñanos a ser como Ella: discípulos de Jesús tu hijo.
Ayúdanos abrir nuestro corazón a los pequeños detalles
Y así descubrir el rostro de tu Hijo en cada persona.
Que con María levantemos nuestro corazón
Y partamos sin demora al encuentro de los más necesitados.
Madre del servicio y la entrega sin medida,
Enséñanos a ser corresponsables con la misión de tu hijo,
En este mundo lleno de injusticias y oscuridad.
Como iglesia peregrina, caminamos bajo tu protección.
Acompáñanos y, ayúdanos a caminar junto al prójimo.
Nos unimos en esta jornada de la juventud, como el trigo se hace harina para formar el pan.
Que tu presencia nos acompañe en este caminar
Y sea fermento vivo en la vida de cada joven.
Que vivamos con alegría este encuentro
De fraternidad y amistad que une
a la iglesia ecuatoriana con el pan partido y el trabajo compartido.
Que el Espíritu Santo que habitó en ti,
y se hizo vida, conforte nuestros corazones
para escuchar el mensaje de Jesús y ser portadores de esperanza a toda la humanidad.
Amen
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