

Este domingo, 12 de octubre, la Diócesis de Loja celebró con profunda devoción los 431 años de la aparición de la Santísima Virgen del Cisne, una fecha que recuerda aquel acontecimiento milagroso ocurrido en el año 1594, cuando la Madre de Dios se manifestó al humilde pueblo de El Cisne para quedarse como guía espiritual y protectora de los lojanos.
Las celebraciones iniciaron la noche del sábado 11 de octubre, a partir de las 18h00, con las tradicionales Vísperas en honor a la Virgen, que congregaron a una multitud de fieles fuera de la Catedral de Loja. La Eucaristía campal fue presidida por Monseñor Walter Heras Segarra, Obispo de la Diócesis de Loja, acompañado por varios sacerdotes y cientos de devotos que, con fe y gratitud, elevaron sus oraciones a la Reina del Cisne.
Tras la celebración litúrgica, se realizó el Lucernario Mariano, una emotiva procesión luminosa en la que los fieles, portando antorchas y velas, recorrieron las calles de la ciudad rezando y cantando el Santo Rosario. La procesión partió desde la Catedral, avanzó por la calle 18 de Noviembre, continuó por Catacocha, descendió por Miguel Riofrío y retornó al templo mayor, iluminando la noche lojana con la luz de la fe y el amor a la Madre de Dios.
La jornada culminó con un hermoso espectáculo de luces y castillos, donados por los priostes, que llenaron de alegría y gratitud el cielo de Loja, como ofrenda a la Virgen del Cisne.
El domingo al mediodía, la comunidad se reunió nuevamente para participar en la Eucaristía de fiesta, en acción de gracias por los 431 años de amor maternal de la Virgen hacia su pueblo.
La devoción a Nuestra Señora del Cisne continúa siendo un signo vivo de la identidad y espiritualidad de Loja. Cada año, miles de peregrinos y fieles renuevan su consagración a la Madre de Dios, quien desde su Santuario en El Cisne sigue derramando bendiciones sobre sus hijos y recordando el llamado a la fe, la esperanza y la conversión.











