El Instituto Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María es una Congregación religiosa católica femenina de derecho pontificio, fundada por el misionero italiano Luis Variara en leprosario de Agua de Dios, Colombia, el 7 de mayo de 1905. En sus orígenes el instituto estaba constituido solo por religiosas leprosas, de ahí que su carisma le permite la evangelización de los pobres, prioritariamente los enfermos de lepra, los niños y los jóvenes, con una espiritualidad propia Salesiana Victimal que las identifica en la Iglesia.
Esta congregación ha logrado extenderse en 12 países: Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, República Dominicana, Bolivia, Brasil, Camerún, Guinea Ecuatorial, España, Italia y México.
El 10 de marzo del 2003 las “Hijas de los Sagrados Corazones” en Zambi, dieron inicio a un proyecto de atención a los enfermos de lepra, en ese entonces con la poca ayuda de algunas personas de buena voluntad tuvieron que cerrar por la falta de recursos.
Es hasta el año anterior en el que se firma un acuerdo de cooperación con la Fundación JUGEND EINE WELT, en el que se plantea el Proyecto de atención y terapias a los enfermos de Hansen de la provincia de Loja con un presupuesto global de aproximadamente 78.958 euros. “A través de la Diócesis de Loja, la fundación extranjera nos ha apoyado con la reconstrucción de la obra que es el dispensario médico y la casa para el doctor” señala la hermana Matilde Jumbo quien comenta que actualmente existen 49 casos en personas que oscilan entre 50 y 60 años.
La hermana Matilde, quien es acompañada por tres religiosas más en la congregación, explica que la medicina destinada a curar la lepra también es facilitada con los recursos que brinda la fundación.
“No nos limitamos exclusivamente a la enfermedad como tal, sino también a la atención espiritual a las familias para que las personas afectadas no sean excluidas”, manifestó.
Para encontrar a los enfermos las religiosas recorren los sectores rurales. “Los lugares que recorrimos son extremadamente pobres, ahí las familias tienen encerrados a los pacientes, esto es lo que queremos erradicar, dando a conocer que el paciente necesita el amor y apoyo de su familia”.
Comenta que el apoyo de la JUGEND EINE WELT consiste también en la adquisición de un vehículo para la movilización, alimentación, doctores, exámenes de laboratorio y medicinas que sirven en el tratamiento de los efectos secundarios que producen las curaciones del mal de Hansen.