El miércoles 20 de agosto, en medio de cánticos, plegarias y una multitud de fieles, la sagrada imagen de la Virgen del Cisne arribó a la ciudad de Loja, tras recorrer durante tres días el tradicional trayecto que inició el pasado 17 de agosto en su Santuario de El Cisne. Como cada año, la romería congregó a miles de devotos provenientes de distintas provincias del país e incluso del extranjero, quienes caminaron junto a la Virgen para expresar su fe, gratitud y amor a la Madre de Dios.

La jornada de este último día comenzó con la eucaristía en el cantón Catamayo, celebrada a las 05h00, para luego dar inicio a la caminata cerca de las 06h00. En su recorrido hacia Loja, la imagen hizo la acostumbrada parada en la urna del Villonaco, desde donde se contempla la ciudad, y continuó su ingreso por el barrio Belén. En la zona militar fue recibida con honores y con una solemne misa, signo de la fe que une a autoridades e instituciones en torno a esta tradición que forma parte de la identidad lojana.

Finalmente, la Virgen del Cisne llegó hasta la Puerta de la Ciudad, donde se realizó el simbólico cambio de vestimenta que la prepara para ingresar como reina a la Iglesia Catedral. Allí, en medio de aplausos y lágrimas de emoción, los lojanos le dieron la bienvenida a su Madre y Protectora. La eucaristía solemne fue presidida por monseñor Walter Heras, Obispo de Loja, junto a otros prelados del Ecuador y un gran número de sacerdotes.

La celebración contó con la presencia de autoridades civiles y eclesiásticas, así como de miles de peregrinos que colmaron las calles y la Catedral. Muchos acudieron para agradecer por los milagros y favores recibidos, mientras otros elevaron sus súplicas confiando en la intercesión de la Virgen.

La llegada de la “Churonita” a Loja marca uno de los momentos más significativos de la romería, una manifestación de fe que ha trascendido generaciones y que cada año reafirma la devoción mariana del pueblo lojana y del Ecuador entero.